En el mundo cada vez más caótico en el que vivimos, cada día más personas deciden practicar disciplinas milenarias como el yoga que nos ayudan a desconectar del estrés al que estamos sometidos y a encontrar la paz interior tan necesaria para conseguir equilibrio y bienestar, tanto físico como mental.
En el yoga existen diferentes asanas o posturas que ayudan a conectar cuerpo y mente aumentando así nuestro equilibrio interior. El yoga necesita horas de práctica, importante, sobre todo, para evitar lesiones y malos hábitos, pero hoy vamos a ver muy resumidamente sus posturas más básicas.
1. Postura del cadáver (Savasana)
Se realiza tumbado boca arriba, totalmente relajado, con las piernas y brazos extendidos con las palmas de las manos hacia arriba y los ojos cerrados. Es la única postura que se incluye en cada secuencia y la más importante de todas. Practicada al final de una serie de asanas, Savasana calma el sistema nervioso central tras el movimiento físico y la respiración intensa.
2. Postura del bastón (Dandasana)
Ideal para calentar antes de comenzar tu sesión de ejercicios de yoga. Esta asana te ayudará a adquirir buenos hábitos de postura cuando estés sentado.
3. Postura de loto (Padmasana)
Ayuda a aumentar la flexibilidad, aunque al principio pueda resultar algo complicada. Es perfecta para meditar.
4. Postura del árbol (Vrksasana)
Conseguirá que desconectes de tus preocupaciones. Esta asana contribuye a alinear tu cuerpo ya que consiste en mantener el equilibrio con una sola pierna.
5. Postura del gato (Marjaryasana)
Consiste en coordinar la curvatura de la columna (hacia arriba) con la respiración. Este ejercicio, además de mejorar considerablemente la flexibilidad de la espalda, reduce el nivel de estrés. Tras realizar la postura del gato, normalmente, se realiza la postura de la vaca, que consiste en el movimiento contrario, curvando la columna hacia abajo.
6. Rodillas al pecho (Apanasana)
Cuando sientas que tu cuerpo necesita un descanso, con Apanasana podrás relajar la zona lumbar. La forma de practicarla es presionando las rodillas hacia el pecho con la cabeza apoyada en el suelo y los hombros totalmente relajados.
7. Postura del guerrero (Virabhadrasana)
En esta postura nos encontramos con tres variantes:
- Postura del Guerrero I, estirando los brazos hacia arriba.
- Postura del Guerrero II, extendiendo los brazos hacia ambos lados.
- Postura del Guerrero III, con un brazo y un pie extendidos hacia arriba. Con esta postura, tonificaremos y fortaleceremos las piernas.
8. Postura del pez (Matsyasana)
Apoyando la coronilla en el suelo, abriremos ampliamente el pecho para liberar toda la tensión posible. Esta asana amplía la caja torácica, abre las costillas y aumenta notablemente la capacidad pulmonar.
9. Postura de la luna creciente (Anjaneyasana)
Es tan sencilla como apoyar la rodilla derecha en el suelo mientras extiendes los brazos hacia arriba. Una vez en esta postura, solo tienes que relajar los hombros y controlar la respiración.
10. Postura de la vela (Salamba Sarvangasana)
Es una asana para niveles algo más avanzados. Esta postura vertical invertida ayudará a tu circulación sanguínea y mejorará tu digestión, aunque no se recomienda si tienes algún tipo de desviación en la columna vertebral y es mejor practicarla con el estómago vacío.
Por otro lado, el saludo al sol (Surya namaskare) es una secuencia dinámica de 12 posturas que se realizan como un solo ejercicio continúo sincronizando el movimiento con la respiración. Se suelen practicar varias repeticiones antes de iniciar una sesión de yoga.
El yoga es una práctica milenaria en la que todo son beneficios. A través de sus asanas podemos comprender cómo funciona nuestro cuerpo y cuáles son los estímulos que necesita para armonizarse y equilibrarse con nuestra mente.
Con este pequeño artículo hemos pretendido acercarte un poco al mundo del yoga, aunque su aprendizaje es complejo y requiere de práctica y dedicación, esperamos haberte animado a seguir conociéndolo y empezar a descubrir todos los beneficios que aporta su práctica.